Ha muerto una mañana,
se ha esfumado la vida
entre los cordones de tu zapato,
con un cigarrillo en la boca
y las ansias entre los codos
te pareces a todas mis mañanas.
Entonces caminas por los aires
pasos de mariposa,
pintas la tarde y
recreas la esperanza.
Te acompañan las hojas del otoño
y el inevitable deseo
de ser nuevamente
mi amante.
lunes, 8 de marzo de 2010
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